Vender la ropa que ya no usas es mucho más sencillo de lo que imaginas. Además de liberar espacio en tu armario, puedes dar una segunda vida a tus prendas y contribuir a un consumo más sostenible. Si es la primera vez que te planteas hacerlo, es normal que tengas dudas. Por eso, hemos preparado esta guía rápida con las respuestas a las preguntas más habituales antes de vender ropa de segunda mano.
Qué tipo de ropa se acepta y cuál no
Lo primero que debes saber es que no toda la ropa usada se puede vender. Las tiendas especializadas buscan prendas en perfecto estado, actuales y que sigan las tendencias de moda.
En general, se aceptan:
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Ropa de mujer, hombre y niños en excelente estado y con menos de dos años de antigüedad.
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Prendas de uso diario, de fiesta, vestidos de novia (hasta 4 años), americanas, abrigos, blusas, pantalones o trajes.
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Calzado con muy poco uso (de mujer hasta la talla 39 y de hombre hasta la 43).
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Bolsos y complementos de marca o de buena calidad.
Por el contrario, no se aceptan prendas con roturas, manchas, signos de desgaste, sin etiquetas visibles o con olores fuertes. Tampoco ropa interior, pijamas o prendas artesanales sin etiqueta de talla o marca.
Cómo preparar tus prendas antes de llevarlas
Preparar bien tu ropa puede marcar la diferencia entre que sea aceptada o no. Antes de llevarla a la tienda:
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Lávalas o llévalas a la tintorería para asegurarte de que estén limpias y sin olores.
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Comprueba las costuras, botones y cremalleras para evitar que haya desperfectos.
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Asegúrate de que las etiquetas de talla y composición estén legibles.
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Dobla o cuelga la ropa correctamente para evitar marcas o arrugas.
Estos pequeños detalles aumentan las posibilidades de que tus prendas sean aceptadas a la primera.
Cómo funciona el proceso de entrega y valoración
En la mayoría de tiendas especializadas, el proceso de venta es muy sencillo. Puedes pedir cita previa y llevar la ropa directamente a la tienda o enviarla por mensajería (en este caso, los gastos de envío suelen correr por tu cuenta).
Una vez recibidas, el equipo revisará las prendas y valorará cuáles cumplen los requisitos de venta. Si alguna no es aceptada, podrás retirarla o, si lo prefieres, donarla a una ONG.
Además, muchas tiendas ofrecen la opción de realizar una valoración previa online: basta con enviar fotos de las prendas, la marca visible y una breve descripción para tener una primera idea de si pueden venderse.
Qué pasa si tus prendas no se venden
Algunas tiendas trabajan con la modalidad de depósito, lo que significa que tus prendas permanecerán a la venta durante un tiempo determinado. Si no se venden en ese plazo, podrás retirarlas o autorizar su donación a organizaciones benéficas.
En cualquier caso, tú decides qué hacer con ellas. Lo importante es que el proceso es transparente, sencillo y sin compromiso.
Vender tu ropa de segunda mano es una forma fácil de liberar espacio, fomentar la sostenibilidad y darle una nueva oportunidad a tus prendas. Si te animas a hacerlo, asegúrate de cumplir con estos sencillos pasos y tendrás muchas más posibilidades de que tus artículos sean aceptados y encuentren un nuevo dueño.